lunes

Capitulo II La Calzada, minas, monedas y espadas en la huerta del abuelo Angel

Que el pueblo donde nací vivió tiempos mejores lo atestiguan probablemente las restos de la calzada yo creo que romana y sus ramales que se encuentran en su termino, recuerdo que cruza el Puente Bao y pasa a Burceña desde La Riera, existiendo otros tres ramales. Uno que pasa por el puente del Arroyo del Alisal y viene de Tramarrivas enlazando también con La Riera, otro que desde el cementerio une La Llosa, Las Barcena y Campillo y otro menos definido que une la iglesia con Sobreviñas.
La trazada principal pasa por el centro del pueblo de Burceña bajo la carretera hoy asfaltada, hasta el puente de dos ojos del que antes os hable pasa por delante de la iglesia que algunos dicen que tiene algo de románica y en cuya finca frente a ella hay o había enterramientos formados por grandes losas a los lados y por encima, ahora la mayoría de estas losas están en los suelos de los portales o convertidas en dinteles sobre las antiguas columnas de madera que sostienen los pisos superiores de las viajas viviendas, conozco estos enterramientos ya que esta finca frente a la iglesia era antiguamente de mi abuelo Ángel y en mas de una ocasión me toco brabanearla, cuando la reja que utilizábamos para este fin era muy profunda se enganchaba a las losas que a veces la fuerza de los bueyes acababa de sacarlas a flor de tierra, así que en los huecos que dejaban estas losas encontré huesos, monedas y restos de espadas y hasta una vez una antigua candileja de bronce ¿Romana, Visigoda o posterior? nadie supo decirme, todos estas cosas siempre estaban comidos por la herrumbre y el oxido, como os decía desde allí partiría un ramal ya que hay restos en Las Torcas que va por El Castañal a Sobreviñas donde esta la casa aparentemente mas antigua del pueblo con su puerta flanqueada por un arco y sus ventanas tan estrechas como troneras.
Continuando frente a la iglesia toma la dirección del cementerio y justo un poco antes ya cubierta por la carretera de La Llosa hoy asfaltada, desde allí yo supongo que partiría un ramal seguiría para Las Barcenas pasando por entre los viejos puentes de piedra alcanzaría Campillo para después unirse de nuevo con la vía principal, esta ultima una vez que ha pasado el cementerio sube por La Lastra cruzando el arroyo de La Calzada por el vado y el pequeño puente de los avellanos que antes describí y sigue paralela a este arroyo manteniéndose en esta etapa partes perfectamente conservadas, cuando alcanza una pequeña campa, tuerce a la izquierda y pasado un pequeño regato, sube para el alto de Los Mártires justo alcanzando el sitio donde estuvo la pequeña ermita que allí estaba; desde allí continua hacia Arceo e Irus aunque en este ultimo tramo se pierde por el monte junto a un arroyo convirtiéndose en un angosto sendero el cual ya habrá desaparecido entre la maleza.
Recuerdo ahora que desde Campillo o mejor dicho desde Las Barcenas y partiendo del Arroyo de La Mina encuentras de vez en cuando algún tramo empedrado no con las piedras planas si no puestas de canto a veces perpendiculares a la dirección del camino y otras veces haciendo zigzag, sobre los cuales alguna vez de joven baje al pueblo relamiendo la miel de las abejas que asentaban sus colmenas en los profundos agujeros que en las paredes del túnel habían servido para extraer el mineral que en ella se encontraba, esta y otra mina que se encontraba en Peña Salvada en la parte de La Rivera y supongo que da razón al viejo camino que une ambas y pasa por Las Peñas, pasando este camino bien en dirección a La Rivera o a Concejero en una zona donde el paso de los carros había generado terreros a ambos lados de las viejas rodadas, afloraban infinidad de restos humanos entre ellos huesos y calaveras, nunca nadie supo decirme si pertenecieron a los mineros que allí trabajaron o a alguna peste que obligo a enterrar fuera de sagrado a los moradores de la zona.
La calzada principal camino hacia el pantano tiene salidas por Llosias, subiendo por Los Cerrillos a La Rebolla de Ganavidas y al arroyo del Alisal, así como por La Pedriza al Alto de La Vara y desde el arroyo del mismo nombre al Hayal de Hornes; en esta zona y cerca de otra antigua mina de chavales también encontrábamos monedas de cobre algunas de formas cuadradas y exagonales que guardábamos en la colección de la Escuela del Patronato; al mandarme mis padres a Madrid con catorce años a trabajar en el comercio de mis tíos Francisco, Román y Rogelio García, perdí la pista a estas monedas así como a una vetusta primera edición de El Quijote que se guardaba en esta escuela, siempre pensé que fue una lastima haber perdido la pista a todo aquello que encontrábamos bajo las losas ya que en manos de alguien experto habrían servido para datar de forma mas segura la antigüedad tanto de las minas como de las calzadas, tumbas o enterramientos de los que os he hablado.

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