lunes

Uno de Tantos

Por Román Ortiz de Vallejuelo García


Fresnedillas de la Oliva Junio 2003.




Prologo.
He titulado este libro "Uno de tantos", y trato de contar parte de la historia, digo parte ya que todo no lo recordare, de aquellos niños que nacimos en tiempo de L a República Española y pasamos en nuestra juventud la guerra y la posguerra.
Luego seguimos cada uno trabajando por España, algunos también desde fuera y hoy en día, los mas de nosotros ya jubilados y ahora en mi caso con setenta y cinco años a mis espaldas, contaré lo que vaya recordando de mi vida según vaya acudiendo a mi memoria, pero con el deseo de recordar con estas palabras lo vivido por aquellos niños de mi generación.
Román

Capitulo I El rio Ordunte sus arroyos y riveras. Miprimo Julian y las primeras lindes del Monte de Valcavada

Le llamamos rió Ordunte y nace en el Acuasal cerca de Zalama de donde toma sus aguas a mil trescientos metros de altura, su curso transcurre hasta Vizcaya entre roquedales de arenisca, robles, ayas, bortos ;mas conocidos como madroños; sauces, acebos y gran cantidad de arbustos destacando entre los mismos el brezo, las argunas con sus hojas transformadas en afiladas púas las cuales impiden que pases por ellas sin evitar sufrir sus pinchazos y donde además llegada la época de lluvias toda la rivera y muchas de las praderas cercanas se cubren de helechos.
Después de recorrer varios kilómetros entre bosques y llevar sus aguas a través de grandes pozos y remansos llega a Las Barcenas, barrio de campillo el cual recuerdo que en los tiempos a los que me refiero no tendría mas de cuatro casas, aunque en este hito cruza el curso del rió un gran puente de un solo ojo aparentemente romano, las aguas después se dirigen a La Llosa el primer barrio de Burceña con no mas de cinco casas y el habitual puente de un solo arco de medio punto desde el que con la vista podrás seguir en parte el curso del rió que a partir de aquí discurre entre huertas, prados y fincas de labranza por una de sus riveras y montes de frondosos árboles en la otra, al llegar a Burceña y antes de cruzar su puente de dos ojos de diferente tamaño, pasa por detrás de la iglesia y de las casas que en mi época eran las de Benjamín, Félix y Leandro.
Los avellanos en sus orillas crecían frondosos junto a frutales como el manzano, peral, ciruelo, guindo que de pequeños apenas dejábamos madurar sus frutos entre los chavales del pueblo, pasado el puente y dejando a su margen izquierda las ultimas casas del pueblo movían sus aguas las aspas de un viejo molino y adentrábase en el termino municipal de Hornes pasando bajo el puente nuevo que sustituyó a otro mucho mas antiguo de arcada romana, pasado este existe una cascada que cae en el Pozo de la Olla, del cual dicen que parte de las aguas que contiene se meten bajo la gran peña que forma dicha cascada, los años en que la crecida no era fuerte podías contemplar a las truchas mas débiles que luchando por subir este salto de agua, saltaban y volvían a caer al pozo ya que solo las mas fuertes y decididas alcanzaban a desovar en Campillo y Burceña, continua el curso del rió por Hornes pasando algún que otro puente hasta llegar a Ribota, donde abundan los grandes castaños y remansa sus aguas en el Pantano de Ordunte cubriendo con ellas un viejo puente y una antigua granja que mas tarde describiré, para seguir a Partearroyo, Nava y La Vega barrio de Álava para desembocar como afluente de El Cadagua el cual en algún libro que leí recientemente describen como El Nervión después de pasar por El Berrón ultimo pueblo de la provincia de Burgos y seguir ya en Vizcaya por Balmaseda, La Herrara, Zalla, Aranguren terminando su periplo en Bilbao.
A mi entender la mayoría de los puentes que cruzan este rió son de origen romano en base a la antigua calzada de la que mas tarde hablaremos que unía los pasos del norte con la meseta y que en tiempos actuó de vía principal de comunicación entre la costa norte y esta gracias a dichos pasos, aunque bien podrían ser de época posterior y haber sustituido a los propiamente romanos.
Muchos afluentes tiene el rió Ordunte que nacen de las montañas que atraviesa y deben en parte sus aguas a las grandes nevadas que en invierno se acumulan en sus cumbres, quizás el mas importante es el de La Mina el cual afluye mirando al nacimiento del primero en su rivera derecha por la zona de Campillo, es un arroyo truchero de aguas muy claras, la ultima vez que en el estuve, fue en compañía de mi mujer Mercedes, mi hijo Luis , mi primo Julián y sus hijos, era por Semana Santa en un día de cielo raso y sin viento, al subir por entre su cauce mi primo sintió un dolor en el pecho, yo le dije – Julián vamos para abajo que tengo las pastillas de Cafinitrina en el coche, su respuesta fue – esto no es nada Román solo es el puto tabaco, se encendió un cigarro y siguió para arriba con los chicos hasta explorar la antigua mina que se decía de tiempos romanos, yo me di la vuelta con Mercedes ya que ella se sentía como si le faltase el aire, estábamos bajo los robles y el suelo húmedo guardaba un amplio manto de hojas que con el calor parecían fermentar, ese vapor que soltaban le producía sofocos de tal manera que al estar ya solos y caminando hacia las Barcenas se quito la blusa y fuimos caminando así un buen rato entre bortos y retamas para esperar a mi primo y los chicos mas abajo de donde les habíamos dejado, junto a la vereda del rió comimos todos juntos, mi primo después de la comida fue también a ver un pequeño arroyo al otro lado del pueblo y a la vuelta ¡jamás lo olvidare! decía -.Román hoy he pasado el mejor día de mi vida.
Por la noche todos nos quedamos en Villasana, nosotros en casa de mi hermana Pilar y ellos con su madre Beatriz, su hermana Benita y su marido Adrián, al día siguiente pensábamos ir juntos a pescar con caña al Cadagua, lo mas inesperado fue que por la mañana apareció Adrián en casa de mi hermana llamándome desde la calle a gritos ¡Román! ¡Román! ¡Román! - ¿Qué ocurre Adrián, que pasa? Le dije -. Román Julián ha muerto. Me quede sin habla pero Mercedes y yo salimos corriendo a casa de Benita; jamás comprenderé como siendo practicante medico pudo dejarse cazar por un infarto, parece ser que se levanto temprano tomo un café se fumo un cigarro y le dijo a su hermana -. me voy un rato mas a la cama que es pronto, Benita pensó que se había quedado dormido pero la realidad es que cuando llegamos nosotros ya era evidente que mi primo después de pasar "el mejor día de su vida" había muerto, al saber esto en el pueblo rápidamente se presentaron allí médicos, familia y amigos, yo siempre pienso que murió por no estar yo a su lado, éramos primos, compañeros de caza, amigos con los mismos gustos y con la misma mala uva, si discutíamos y nos empezaban a temblar los ojos ya sabíamos ambos que parábamos o terminábamos pegándonos, nos criamos juntos y durante muchos años trabajamos en lo mismo, le sigo recordando y diciendo, si estuviera Julián haríamos esto y lo otro y sigo desde aquel día en Villasana con el mismo vacío y aunque la vida sigue me entristece mucho el pensar que ya no estamos juntos, recordarle y recordar que entre Mercedes y yo le amortajamos aun con su cuerpo templado entre sollozos y suspiros.
Dejadme seguir un rato hablando de los arroyos que afluyen al Ordunte antes de contar otras cosas de mi vida, otro en la Llosa ya no recuerdo su nombre, Sobarzo, Castejón, Hoyuelos, Tramarribas este es el ultimo del termino de Burceña pero desemboca en El Ordunte a la altura de La Riera, le cruza un pequeño puente creo que romano ya que el empedrado sobre el que cruzaban los carros en tiempos es igual que el de la antigua calzada romana.
Después y siguiendo la rivera derecha mirando a su nacimiento El Alisal, este es el mas caudaloso y allí pesque sin duda las truchas mas sabrosas de mi vida, que no fueron pocas, a este arroyo se le une a su vez el de la Vara y entre ambos cauces hubo en tiempos una mina aunque jamás supe que se extraía de ella, como la mayoría de los cauces existía un gran puente de piedra que cruzaba el curso del primero y que serviría para transportar el mineral que la antigua mina producía. Al Alisal le sigue el de El Conejo en Ribota y tres o cuatro más que desembocan en el pantano.
Por la izquierda hay menos y son mas pequeños en el Valle a estos los llamamos regatos, esta el de La Calzada que tiene este nombre por ir paralelo a la vieja calzada romana y que mas tarde os hablare de ella, las aguas de este arroyo cruzan esta vía por un badén ancho que así permitía el paso de carruajes, esta obra estaba tan bien realizada que su empedrado aun cuando el agua pasase fuerte permitía a los carros mantener la trazada del camino, también junto a este existe un pontón que así llamábamos en el valle al pequeño puente por donde solo podían pasar personas y de siempre pensábamos que lo formaba como en la mayoría de los que existen una gran piedra de lado a lado, la realidad es que en el caso de este no es así, un día mi mujer se metió debajo de los avellanos que lo rodeaban y la sorpresa fue encontrar un pequeño arco de medio punto de trazada perfecta de unos dos metros de alto por tres metros de ancho y que gracias en parte a la losa que soportaba y en parte a la pericia de su hacedor se conservaba perfectamente, afluye a este el de Ultuero, otro pontón este de madera cuando el agua baja fuerte que era cada dos años este se acababa perdiendo y había que talar algún árbol para renovarlo, a este arroyo se le conoce también por el arroyo de Tobas, pues crea una sustancia parecida al limo mezclado con la arcilla que se pega en las ramas de los árboles que lo flanquean así como a los caparazones de los cangrejos que en el viven, sigue su cauce por la Cascajuela con sus fincas de labranza y sus pastizales y después a Valcabada donde se le une otro mas pequeño y que sale de la Fuente de la Escudilla, pasa por Las Nogalillas donde un poco mas abajo existe otra fuente que jamás se seca, tanto a esta fuente como al pequeño arroyo se les llama de Valcavada y un poco mas tarde en la zona de Bubarros las aguas de todos estos pasan por debajo de un pontón, este si que con una buena losa de piedra que sale desde la casa de Paco Gil y que da servicio al camino de Palacio por Campos y que por encima de la fuente de La Escudilla se dirige a Ornedo siguiendo paralelo por las peñas de Peña Salvada pasando cerca de La Mina toma dirección hacia Arceo, recuerdo ahora que en Ornedo y cruzando este camino con el que va al Portillo del Gato cerca de este cruce se encuentra una gran piedra que sirve de linde a los términos de Taranco y Burceña. Pero bueno regresemos a Bubarros, del mismo paso del arroyo y el pontón nace un camino que sube por Valles y desde este otro hacia Llanías y la Llana de Campos cercano a ambas hay un terreno que tiene un antiguo mojón con los limites de nuestro monte, el de Valcabada, este comienza en el arroyo de Valcabada en las Nogalillas teniendo en general una forma rara ya que por la parte de Las Peñas es recto pero por la parte de Las Llanías va hasta un terrero que se trunca hacia dentro bajando perpendicular ya hasta el arroyo, en las escrituras que tengo da una extensión de tres hectáreas pero la realidad es que es mucho mayor, este monte lo compro mi padre Marcelino a Juanillo el de Hornes y me toco a mi por herencia, cuando vino el Catastro para medir las fincas nadie pudo acompañarlos así que le pusieron como perteneciente al termino de Burceña al igual que otros. Si seguimos con el camino de Valles cruzaremos cerca de Palacio para unirlo al camino que va al Alto de Palizares y desde allí a la carretera que va a Caniego naciendo en Hornes. De nuevo en Bubarros hay otro camino que se dirige a Las Mazorras y sigue a Las Peñas que hay al lado del rió Ordunte, en estos montes ramoneaban las cabras que gustaban de pasar por estas rocas que se encuentran frente al antiguo molino y la huerta de Antonio García al otro lado del rió. El arroyo de la Calzada o de Tobas acaba vertiendo sus aguas al Ordunte cruzando por Ondovillas frente a la casa de Maza y una finca, la favorita de mi hijo y que nos toco también en herencia a la que desde tiempos antiguos la llamamos "la Casa Blanca".
En el arroyo antes descrito pesque truchas en varias ocasiones, había una poza donde había muchas pero también víboras, el miedo es libre y allí se quedaron siempre las primeras defendidas por las segundas, también en una ocasión recuerdo haber encontrado junto a las raíces de los sauces que se criaban en sus riveras, piñas de mejillones grandes y negros y por dentro de igual carne a los de mar, cuando lo conté nadie me creyó, así que para demostrarlo tuve que ir a por mas, hoy me arrepiento de haber vuelto a por ellos ya que nunca mas volví a verlos y siempre he pensado que con esta acción acabe descastándolos del rió. También en el y en las fuentes de la Lastra y Solafuente en ocasiones encontré unos animalillos parecidos a las quisquillas y que nada tenían que ver con los cangrejos que allí también se criaban.
Otro de los regatos que vierten al Ordunte es el que desemboca en el mismo pasado el Puente Bao, viene desde Palacio; termino de Hornes; para cruzar el camino que va desde este pueblo a Cotarron, en una ocasión estuve bajo el puente que salva este arroyo y lo recuerdo como el resto con arcada de medio punto. Desde Ribota se también que vierte otro regato pero creo que por el tamaño del mismo no merece mi mención.

Capitulo II La Calzada, minas, monedas y espadas en la huerta del abuelo Angel

Que el pueblo donde nací vivió tiempos mejores lo atestiguan probablemente las restos de la calzada yo creo que romana y sus ramales que se encuentran en su termino, recuerdo que cruza el Puente Bao y pasa a Burceña desde La Riera, existiendo otros tres ramales. Uno que pasa por el puente del Arroyo del Alisal y viene de Tramarrivas enlazando también con La Riera, otro que desde el cementerio une La Llosa, Las Barcena y Campillo y otro menos definido que une la iglesia con Sobreviñas.
La trazada principal pasa por el centro del pueblo de Burceña bajo la carretera hoy asfaltada, hasta el puente de dos ojos del que antes os hable pasa por delante de la iglesia que algunos dicen que tiene algo de románica y en cuya finca frente a ella hay o había enterramientos formados por grandes losas a los lados y por encima, ahora la mayoría de estas losas están en los suelos de los portales o convertidas en dinteles sobre las antiguas columnas de madera que sostienen los pisos superiores de las viajas viviendas, conozco estos enterramientos ya que esta finca frente a la iglesia era antiguamente de mi abuelo Ángel y en mas de una ocasión me toco brabanearla, cuando la reja que utilizábamos para este fin era muy profunda se enganchaba a las losas que a veces la fuerza de los bueyes acababa de sacarlas a flor de tierra, así que en los huecos que dejaban estas losas encontré huesos, monedas y restos de espadas y hasta una vez una antigua candileja de bronce ¿Romana, Visigoda o posterior? nadie supo decirme, todos estas cosas siempre estaban comidos por la herrumbre y el oxido, como os decía desde allí partiría un ramal ya que hay restos en Las Torcas que va por El Castañal a Sobreviñas donde esta la casa aparentemente mas antigua del pueblo con su puerta flanqueada por un arco y sus ventanas tan estrechas como troneras.
Continuando frente a la iglesia toma la dirección del cementerio y justo un poco antes ya cubierta por la carretera de La Llosa hoy asfaltada, desde allí yo supongo que partiría un ramal seguiría para Las Barcenas pasando por entre los viejos puentes de piedra alcanzaría Campillo para después unirse de nuevo con la vía principal, esta ultima una vez que ha pasado el cementerio sube por La Lastra cruzando el arroyo de La Calzada por el vado y el pequeño puente de los avellanos que antes describí y sigue paralela a este arroyo manteniéndose en esta etapa partes perfectamente conservadas, cuando alcanza una pequeña campa, tuerce a la izquierda y pasado un pequeño regato, sube para el alto de Los Mártires justo alcanzando el sitio donde estuvo la pequeña ermita que allí estaba; desde allí continua hacia Arceo e Irus aunque en este ultimo tramo se pierde por el monte junto a un arroyo convirtiéndose en un angosto sendero el cual ya habrá desaparecido entre la maleza.
Recuerdo ahora que desde Campillo o mejor dicho desde Las Barcenas y partiendo del Arroyo de La Mina encuentras de vez en cuando algún tramo empedrado no con las piedras planas si no puestas de canto a veces perpendiculares a la dirección del camino y otras veces haciendo zigzag, sobre los cuales alguna vez de joven baje al pueblo relamiendo la miel de las abejas que asentaban sus colmenas en los profundos agujeros que en las paredes del túnel habían servido para extraer el mineral que en ella se encontraba, esta y otra mina que se encontraba en Peña Salvada en la parte de La Rivera y supongo que da razón al viejo camino que une ambas y pasa por Las Peñas, pasando este camino bien en dirección a La Rivera o a Concejero en una zona donde el paso de los carros había generado terreros a ambos lados de las viejas rodadas, afloraban infinidad de restos humanos entre ellos huesos y calaveras, nunca nadie supo decirme si pertenecieron a los mineros que allí trabajaron o a alguna peste que obligo a enterrar fuera de sagrado a los moradores de la zona.
La calzada principal camino hacia el pantano tiene salidas por Llosias, subiendo por Los Cerrillos a La Rebolla de Ganavidas y al arroyo del Alisal, así como por La Pedriza al Alto de La Vara y desde el arroyo del mismo nombre al Hayal de Hornes; en esta zona y cerca de otra antigua mina de chavales también encontrábamos monedas de cobre algunas de formas cuadradas y exagonales que guardábamos en la colección de la Escuela del Patronato; al mandarme mis padres a Madrid con catorce años a trabajar en el comercio de mis tíos Francisco, Román y Rogelio García, perdí la pista a estas monedas así como a una vetusta primera edición de El Quijote que se guardaba en esta escuela, siempre pensé que fue una lastima haber perdido la pista a todo aquello que encontrábamos bajo las losas ya que en manos de alguien experto habrían servido para datar de forma mas segura la antigüedad tanto de las minas como de las calzadas, tumbas o enterramientos de los que os he hablado.

Capitulo III Los Montos del Ordunte, sus árboles, alpinistas de miel y mi tio Eulogio

Se extienden desde Zalama su cumbre mas alta con 1.335 metros de altura y pasan por los términos de Campillo, Burceña, Hornes, Ribota, Partearroyo, Nava en la zona de las Merindades perteneciente a la Provincia de Burgos y su otra vertiente comparten sus cumbres titularidad con las provincias de Cantabria y Vizcaya por lo que desde alguna de sus cumbres cercanas a San Pelayo en la zona de Berceo se pueden pisar tres Comunidades Autónomas al mismo tiempo.
Los árboles principales que residen en las faldas de estas montañas son las Hayas, Robles, Rebollos y Bortos este ultimo de los mas abundantes cuanto mas lo cortábamos o se quemaba con mas fuerza retoñaba al año siguiente, el fue el sustento de todas las cocinas de la zona y del cual también hacíamos carbón, en menor medida convivían con estos los acebos y las encinas, algunos alisios también poblaban las riberas de ríos y arroyos aunque la especie predominante cercana a las aguas era el avellano. Las orgullosas hayas predominan en Hornes cuyo hayal lo cruza el Arroyo del Alisal que nace entre las cimas del monte cerca de la cabaña de Don Juanito; donde se decía que allí los ricos del valle disfrutaban jugándose los cuartos a las cartas, también existen grandes hayales en Zalama, Ribota y Partearroyo.
Cuando el brezo florece que es uno de los pocos arbustos que sobrevive a los crudos inviernos en la parte alta de estas montañas todas sus cumbres toman un color rosa amoratado que convive con el amarillo de las argumas y ponen la nota de color sobre los variados verdes de los bosques que más abajo se asientan.
Muchos son los distintos nombres con los que los pueblos del valle designan a los cumbres y montes cercanos que los rodean pero sin duda el mas extraño para mi es el de Saharon que así llaman los de Campillo al ayal que les pertenece, a mi este nombre siempre me sonó a árabe o judío , otro es el de Sierra Salvada que se asienta entre Burceña y Campillo su cumbre esta poblada por rocas y encinas que nacen entre las mismas y a un segundo nivel agrupaciones de bortos por paisajes como este se cruza a Santander a Vizcaya o de una a otra de las distintas agrupaciones de pueblos, barrios y aldeas que forman el Valle, utilizando los pasos de La Mina, El Pozo de Taranco, El Portillo del Gato y el Carel de Caniego. Las estivaciones de estos montes están defendidas por agrupaciones de grandes roquedales a los cuales en el valle solemos llamar Las Peñas de estas formaciones de granito son las mas conocidas las de Orejón y las de Palacio estas ultimas conocidas como Las Peñas de La Miel por la que allí producen año tras año las colmenas silvestres que allí se encuentran protegidas por las profundas grietas que surcan longitudinalmente las mismas, en el valle muy pocos se atrevían a tomar para si este sabroso dulce pero entre ellos que recuerdo con orgullo a mi padre Marcelino como uno de aquellos hombres que después de ascender a la cima de ellas y por medio de una brazada de leña entre sus piernas atada a una soga que le servia de asiento, rodeado de baldes, botes de humo y catadores para sacar la miel se descolgaba siguiendo las grietas verticales y robando a las abejas su preciada cosecha. El camino hoy me dicen que sendero que une Burceña con Ordejon lo recuerdo bien ya que allí vivía mi tío Eulogio desde la salida del cementerio de Burceña por Matacumbre al Alto de Vallejo en Hornedo y desde allí al Portillo del Gato desde donde el sendero se bifurca en dos veredas que dan servicio a Taranco y al propio Ordejon respectivamente, como os decía en Ordejon vivía mi tío Eulogio, mi hijo posee documentos que demuestran que mis bisabuelos provienen de este pueblo y yo creo que refrenda esta hipótesis el que como ya he dicho mi tío viviese allí. De mi tío guardo los mejores recuerdos, de joven tocaba el acordeón, era amigo de todos, buena persona, cariñosa, su mejor le abandono ¡¡Dejándole con cinco hijos!! decían mis padres entre cuchicheos cuando hablaban de esto que "hubo bragueta por medio" lo extraño es que con este carácter y su físico, de mi tío decían que era un hombre guapo con mas de un metro noventa, fuerte pero no gordo, agraciado de cara, la cual enmarcaba casi siempre su gorra colocada al estilo vasco.
De mayor vivió en Bilbao con sus hijos tuvo un desagradable accidente y debieron de amputarle ambas piernas gracias a Dios murió poco tiempo después sin recobrar el conocimiento.
De su mujer y tía mía la ultima vez que yo la vi fue en Bilbao, estaba en un parque al cuidado de unos niños de un banquero, cuando me vio fue muy correcta conmigo la recuerdo también guapa vestida con aquel impoluto delantal blanco con bordados que solían lucir las antiguas niñeras

Capitulo IV Burceña , las escuelas, la fuente romana, bolos y algo de fiestas

Situada en el valle que esta entre los montes del Ordunte y los de Sierra Salvada cruza por su centro el rió Ordunte, tiene tres barrios, Sobreviñas, La Llosa y el Campo. La parte de monte desde el rió a Sierra Salvada la conocemos por El Páramo y la que da desde el rió al Ordunte El Monte, de las primeras cosas que aprendíamos de niños esta estaba entre ellas ya que nuestros padres nos mandaban a pastar las vacas al Páramo o al Monte según el día y el tiempo en el que hubiesen estado pastando en determinadas praderas o campas.
Burceña define su término municipal entre Hornes. Campillo, Sierra Salvada, Taranco, la Ribera y los Montes de Ordunte que nos separan de Vizcaya y Santander; según llegabas desde Hornes por la carretera hoy asfaltada y que se construyo sobre la vieja calzada, la primera casa del pueblo era la de Gregorio Ortiz, luego el antiguo molino del que aun quedan restos, la casa de Antonio García, la de Jimena Maza, la de Victoriano Alonso (Pió), Gaspar, Luis Ortiz, Emilio Maza (Manolo y Toya), la de mi abuelo materno Ángel García, la nuestra, la de Pedro Andino y Maria y así hasta veintinueve vecinos entre aquellos tres barrios.
En el Campo estaba la escuela del Patronato, la Iglesia y después de esta el cementerio donde un poco antes de este sale la carretera a la Llosa.
En el barrio de Sobreviñas estuvo la primera escuela y allí aprendieron creo mis padres y abuelos de mis bisabuelos y tatarabuelos no se con certeza donde estudiaron pero lo que siempre tuvimos a gala en mi casa es que todos ellos sabían leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, dividir, geometría historia y algo de catecismo, siempre admire de pequeño la letra de mi padre, clara, precisa y algo inclinada ; a la inglesa la llamaba el maestro; posteriormente a esta escuela construyeron la de El Patronato, la cual fundo D. Francisco Ruiz de la Arena y López que era familia nuestra.
Esta escuela amplia con los techos muy altos gracias a lo cual pasábamos frió en ella en invierno ya que la antigua estufa no tenia calor suficiente para calentar el aula, disponía de una buena casa junto a ella en la que alojaba el maestro, por la parte delantera disponíamos de un soportal donde resguardarnos en caso de lluvia el cual se apoyaba en una columna que dos chavales unidas nuestras manos no podíamos abrazar completamente, creo que aquella columna formo parte del antiguo ayuntamiento que en Burceña hubo; leí hace tiempo que Burceña fue famosa en el valle por sus frutales, peras sobre todo, y varias herrerías donde gracias a las aguas del Ordunte se templaban utensilios de labranza que se usaban en todo el Valle; debajo de este soportal existía un banco corrido de piedra formado por otra gran columna del antiguo ayuntamiento situada horizontalmente sobre el suelo, en ella Pedrito Ortiz y yo mismo estuvimos tumbados en alguna que otra ocasión sangrando por las rodillas o las narices gracias a nuestras constantes peleas y encontronazos.
De la escuela que os cuento ya no queda nada en la actualidad es lo que llamamos un morocal nadie ha reclamado nada de la misma pero yo pienso que se debería devolver al pueblo o resucitar aquella fundación que como os dije D. Francisco Ruiz de la Arena dejo capital en su patronato para su sustento, el de los edificios colindantes, los salarios del maestro y los libros, cuadernos, lapiceros tinta y plumines; gracias a aquella fundación aprendimos las primeras letras y muchos de nuestros conocimientos de la niñez muchos de los chavales del pueblo entre los que estaban la mayoría de los componentes de la familia a la que pertenezco.
Por extraño que os parezca a parte de esta escuela en el pueblo se construyo durante la Republica sustituyendo a la vieja escuela nacional de Sobreviñas otra mucho mas grande; hoy también abandonada y convertida en un gran chalet; de esta forma un pequeño pueblo del Valle de Mena con no mas de treinta vecinos y cincuenta chavales en total entre chicos y chicas probablemente mantendría la tasa de escolaridad mas alta de la provincia de Burgos cuando yo era un niño. En estas escuelas estudiábamos hasta los catorce años y cuando habíamos sobrepasado esta edad el maestro de la del Patronazgo daba clases gratuitas por la noche de las materias más necesarias a los que se lo pedían.
Pasadas las escuelas se encontraba en La Llosa la ultima casa del pueblo, propiedad de D. Manuel Torre, junto a esta casa y casi metida ya dentro del castañal cercano había una antigua fuente, que los maestros databan de tiempos romanos, su forma recordaba a una tumba con una gran losa en el fondo rodeada por otras cuatro perpendiculares a ella y una mas pequeña que cubría la misma para impedir el crecimiento de la maleza cercana, toda ella se encontraba situada en un terrero como dije antes cercano al antiguo castañal; Cualquiera que conozca un poco el Valle sabrá que la variedad y cantidad de árboles que en el se encuentran es enorme pero lo que pocos conocen es el motivo de tanta variedad, la razón proviene de unas normas que creo del siglo XVII donde se obligaba a todos los vecinos del valle tener huerto propio y a plantar al menos cinco árboles al año bien en sus terrenos o en los terrenos municipales, en el caso de plantar los árboles en un terreno del municipio los árboles plantados y lo que estos producían eran propiedad del que los plantaba, nosotros durante años tanto mis padres como mis abuelos plantaron muchos nogales y castaños, recuerdo alguno cerca del puente y también por el camino a las Torcas. Posteriormente y por motivo de la papelera de Aranguren se empezaron a plantar pinos y chopos, nosotros lo hicimos en las fincas de La Riera, pinos y Los Prados, chopos y cuando los vendimos conseguimos buenas "perras", con el tiempo en la finca de Los Prados que es mia por herencia de mi padre, alguno de los chopos talados volvió a retoñar y creo que allí sigue creciendo.
En los pueblos de los valles del norte de España y por lo tanto en Burceña siempre han existido dos fuentes claras para la subsistencia de sus habitantes los montes y el ganado, los montes siempre han estado amenazados por los incendios y en mis tiempos de niño el ganado lo era por los lobos, las vacas que llamábamos de monte las teníamos en el Ordunte, ya que allí se criaban durante casi todo el año, bajando solo a los prados y establos del pueblo solo cuando las grandes nevadas impedían que pudiesen comer tanto los pastos como los brotes de los árboles, algo parecido ocurría con los caballos; recuerdo una vez ver como atacaban los lobos a la yeguada que pacía en el Ordunte los potros se escondían dentro del circulo que formaban las hembras y estas se defendían a coses del asedio, el macho siempre permanecía fuera del circulo hostigando a los lobos desde fuera; en cambio las ovejas que también criábamos en estos montes no tenían tanta suerte, por eso por la noche había que meterlas en los corrales, en ocasiones alguna se perdía y esta se convertía en presa fácil para los depredadores, los mas ricos del pueblo tenían un pastor que cuidaba del rebaño todo el año, ordeñándolas y preparando el queso que se curaba durante el invierno, aquellos quesos de sabor y aroma intenso que nuestras madres y abuelas guardaban en las fresqueras de las despensas o en la cocina baja que era donde antaño curábamos los jamones, chorizos y pancetas procedentes de la matanza.
Donde hay ganadería por lógica también hay prados y en Burceña estos eran muy abundantes ya que las faldas de los montes donde crecían brezos y argumas se roturaban, esta era, sacar hasta las raíces de estos arbustos para evitar que retoñasen las cuales quemábamos en montones cuyos restos servirían de abono, que después de igualar el terreno sembramos con la semilla que quedaba en los payos.
De niños ya nos dedicábamos para ayudar a nuestros padres a estas tareas en base a lo que nuestras fuerzas nos permitían aunque a mi lo que mas me impresionaba era la destreza de nuestros mayores a la hora de talar las subastas de la madera de los montes, hayas y robles caían sin cesar en base al sabio uso que se hacia de hachas y tronzadores, recuerdo la fuerza y habilidad de las manos de mi padre Marcelino y sus robustas muñecas del doble de tamaño que las mías con las cuales levantaba troncos y sacas de mas de cien kilos como si fueran plumas. Estas subastas tanto de madera como de carbón eran acarreadas por las parejas de bueyes hasta la estación de Nava a cinco kilómetros de distancia o hasta donde llegaban los camiones; el que más se dedicaba a ello era Luis Ortiz Ezquerra que solía tener las mejores parejas.
Las casas de Burceña no tenían cuartos de baño ni agua corriente, así que las necesidades las solucionábamos en la cuadra o a la orilla del rió, la luz era por medio de candiles de petróleo, carburos y velas las cuales fabricaban, los que tenían colmenas entre ellos nosotros, una vez obtenida la miel de los panales, cortábamos la cera , hervíamos, filtrábamos y la dejábamos enfriar en agua con lo cual la cera libre de impurezas subía a la superficie, separada el agua de la cera y calentando de nuevo esta íbamos por medio de repetidas inmersiones formando las velas al rodear esta cera caliente a la mecha.
Los aperos del campo en un principio y para su arrastre eran el arado y trapa mas tarde vino el brabán y la tragacilla , entre los manuales la azada, el azadón, caco, rastrillos y el machaca terrones; este consistía en una maza de madera formada por un tronco no muy grueso con un palo como mango, la trapa elimino esta herramienta; luego la trincha plana, la curva con la que de niño me atravesé un pie desde su base hasta el empeine y que utilizábamos para voltear el estiércol de las cuadras, para cortar las hiervas el dayo muy fuerte y ancho aunque con la guadaña que era mas ligera que este se avanzaba mas a la hora de cortar los trigales, el orcón en forma de i griega para voltear la hierva y que se seque en toda su superficie, los rastrillos y la trincha plana y con largo mango para cargar los carros en época de siega los cuales iban a la trilla que en el caso de Burceña disponía de varios trillos uno grande y pesado que se utilizaba cuando lo arrastraban las parejas de bueyes y otros mas ligeros que utilizábamos con las yeguas, una vez separado el cereal y con ayuda de orcas, palas y escobas llenábamos los sabanos para el transporte de la paja. Para moler el grano ya fuese trigo, maíz o incluso habas, había que llevarlo a Villasana, Vallejo , Villasuso o Nava allí tenían los tíos Pilar y Santiago el molino, en general todos los molineros tenían muy buenos burros que se llevaban el grano y luego lo devolvían separado en harina la cual traían en sacos de algodón y el salvado, los molineros se quedaban por su trabajo con una cuartillo de la harina obtenida al moler el grano y un poco mas por cernerlo, cuando lo llevábamos nosotros el que lo cernía era yo, me gustaba manejar la manivela del cedazo. Alguien pensara que el cuartillo es la medida del cuartillo de vino pero esta medida se obtenía de un cajón confeccionado con madera sin tapa con el cual se media el grano al igual que la fanega, la media fanega y el celemín que era la medida superior al cuartillo. Los molineros en la época de siega trabajaban de día y de noche Vivian para y por el grano que vendían y los cerdos que criaban los cuales siempre solían tener mas tocino que el resto; en aquellos tiempos el tocino era muy importante ya que con el en los pueblos se condimentaban las comidas ya sea con la grasa del propio tocino, la manteca y el sebo que de el provienen.
El deporte o juego principal del pueblo eran los pasa bolo, consistía en una cureña de madera algo acanalada de unos cuatro o cinco metros de larga y unas cincuenta centímetros de ancha donde sobre unos cuadrados metálicos se colocaban los bolos, se tiraba con bolas de madera grandes o pequeñas según la fuerza y habilidad del tirador y que tenían dos hendiduras una para introducir el dedo pulgar y otra en forma de media luna para los dedos restantes, las bolas se lanzaban desde dos metros antes del comienzo de la cureña y ganaba aquel que lanzase el bolo mas lejos, jugamos por equipos de dos o mas y el que perdía pagaba las bebidas, en el pueblo había buenos equipos que competían en ocasiones con otros de Santander y Vizcaya cruzando El Ordunte, para ellos todas las distancias eran cortas para eso de jugar y ganar en ocasiones.
Los domingos en las fiestas del pueblo, los Mártires y San Román, traían música de chirimía , tambor y bombo con platillos, las chicas salían a bailar en parejas, luego los chicas también por parejas las pedían baile y si ellas querían se separaban y bailaban cada una con cada uno de ellos, recuerdo también que en las romerías existía la costumbre de el baile antes de cenar después de el cual a los forasteros se les repartía por las casas como invitados a la cena y después de la misma seguía el baile hasta la madrugada, muchas bodas salieron de esta costumbre al poder conocer novia y familia al futuro pretendiente de una forma distendida.
Como ya dije antes la estación de tren mas cercana a Burceña era la de Nava a unos cinco kilómetros en dirección a Bilbao, allí teníamos los hospitales y médicos especialistas a parte de los comercios donde todo en general era bastante mas barato. Burceña pertenecía al juzgado de paz de Villasana aunque el de primera instancia se encontraba en Balmaseda provincia de Vizcaya y los superiores estaban ya en Bilbao, en algunas ocasiones el Valle de Mena quiso anexionarse a Vizcaya aunque nunca se pudo realizar y en estos momentos los juzgados están en Villasana, Villarcayo y Burgos no como antes donde pertenecíamos Judicialmente a Vizcaya, Territorialmente a Burgos y Eclesiásticamente a Santander como la mayoría de los habitantes del valle y según me comentaron en el Departamento de Hematologia de Madrid hace unos años que me hicieron unos análisis solemos tener ascendencia en parte de Los Urales y en parte Castellana , aunque yo por encima de todo me considero español.

Capitulo V La Minada, los medicos y el Alcalde

Burceña siempre tuvo una asociación llamada La Minada, consistía en tener en la misma los bueyes y luego las vacas yugueras ;que sustituían a los bueyes si estos no existían; después las lecheras u otras que te interesasen, como en el caso de alguna desgracia el ganado era caro y difícil de reponer, en el caso de haber inscrito a tu ganado en la asociación y este hubiese muerto todos los asociados estábamos obligados a reponer el mismo a su propietario o a pagar a este el importe del animal fallecido, como ejemplo imaginemos que estábamos en plena recolección del trigo y la pareja de bueyes se despeñaba, si esto sucedía todo se paraba por lo tanto lo primero era desplazarse a la primera feria de ganado prevista, comprar una pareja nueva meterla en el carro y a seguir recolectando , este sistema aunque nos obligaba a pagar a cada familia una parte porcentual al ganado que teníamos inscrito y a la importancia del mismo nos permitía a todos los vecinos vivir sin demasiados sobresaltos en el caso de algún problema extraordinario.
Con las casas teníamos algo parecido pero ya no recuerdo el nombre de la asociación, si se quemaba alguna la construíamos de nuevo y reponíamos entre todos los enseres y la cosecha, recuerdo que de muy joven yo en La Llosa se quemo la del Señor Manuel Torre y para salvar en parte la misma montamos una cadena de cubos desde el rió no recuerdo cuantas personas fueron necesarias para salvar aquella distancia, pero allí estábamos todos desde el mas mayor al mas pequeño arrimando el hombro hasta mi hermana Carmen que empezaba a tener por aquellos días la regla metida hasta la cintura en el centro del rió, después de aquella desgracia se rehizo la casa y según decían entre los escombros encontraron un recipiente lleno de monedas de oro aunque a mi aquella historia siempre me pareció una patraña.
Los médicos los teníamos en Lezana no recuerdo si eran dos o tres pero recuerdo el apellido los Doctores Rueda, si nos poníamos enfermos ellos nos visitaban; pero para poner las vacunas nos llevo mi madre a mi hermano Ángel y a mi por aquel entonces las vacunas se ponían a lo bestia ya que en vez de hacerlo con una aguja hipodérmica, con un bisturí nos hicieron tres cortes a cada uno en el brazo y lo malo para nosotros en aquellos días fue que prendieron los tres, tuvimos de todo fiebre, ganglios inflamados y no se cuantos días de cama, todo por culpa de la infección que teníamos ambos en el brazo todo inflamado y lleno de llagas , mi madre con el pus de nuestras llagas vacuno a mis hermanas Angelita , Carmen y Pilar, desinfecto una aguja y fue haciendo un corte en forma de "almohadilla" en uno de los brazos de ellas.
El pueblo de Burceña se regia por un alcalde y tres concejales uno por cada uno de los barrios existentes, la mayoría de las ordenes y edictos generales venían de Villasana, el concejo se reunía en el pórtico de la iglesia y allí se deliberaban todos los problemas de los vecinos, llegando en ocasiones a discusiones y peleas la mayoría de estas ultimas por culpa del ganado que al bajar del monte saltaba alguna finca y destrozaba el maíz o lo que fuese y la correspondiente indemnización que había que pagar.

Capitulo VI El Pantano del Ordunte

Como ya dije antes mi recuerdo es que mi tío Santiago vivía en Nava y era el Molinero pero cuando vinieron los ingenieros de Bilbao a buscar el mejor emplazamiento para el pantano que proveyese de agua a esta ciudad fue el, el que los acompaño durante sus visitas.
Los ingenieros tomaron la decisión del lugar mas idóneo y mi tío siguió con ellos durante la construcción, quedándose luego como guarda jurado hasta su jubilación, gracias a esto mi tío ayudo a mi padre en un momento en que necesitaba trabajo consiguiéndole primero un puesto de peón, luego paso a listero, después dinamitero, luego jefe de cuadrilla y pasados unos exámenes se quedo también de guardia jurado, por cierto que para aprobar esos exámenes le valió mucho lo que estudio para cuando trato de ser guardia civil.
Yo vi prácticamente toda la construcción del pantano como quien dice día a día ya que fueron muchos días que mi padre cansado de comer de seco y no caliente cono el decía le pedía a mi madre que le preparase un serón con la comida que el prefería, patatas, judías, garbanzos o lo que había para todos, yo tomaba el camino y ¡Ala¡ para el pantano cuatro o cinco kilómetros, recuerdo la gran machacadora donde se molía la piedra que sacaban de las canteras, las grandes torretas por las cuales subían las vagonetas llenas de hormigón que luego los operarios se encargaban de repartir los distintos sitios del muro , cuando terminaron el pantano el muro en forma de semi-circunferencia tenia por debajo del pretil un paso de camiones, recuerdo también los aliviaderos que estaban a los lados del pantano y que devolvían el agua al antiguo cauce del rió y las compuertas bajo aquel espesor de hormigón las cuales al pasar el agua entre ellas y la sala de maquinaria hacia un ruido tremendo.
El agua que se sirve a Bilbao se nutre de una torre que hay en la parte alta así como de unas tomas que existen bajo la base del muro toda ella va canalizada por galerías y tuberías por una conducción que va hasta Balmaseda , a su paso por Jijano o Edilla cruzan la ladera del monte por medio de unas tuberías que van tanto bajo tierra como por el aire, en el caso de las bajo tierra cada cierto tiempo existen una arquetas con escaleras de hierro que llevan hasta el fondo de la tubería, recuerdo que al llegar abajo se veía correr el agua y mi padre en ocasiones tenia que medir la altura de la misma entre varias arquetas para comprobar que no existían fugas en la canalización , si me quedaba con el cuando hacia estos trabajos de campo buscábamos setas o fresas las cuales llevábamos luego para casa, también recuerdo que mi padre compro una bicicleta con la cual nos defendíamos como podíamos para ir o volver al pantano por aquellos caminos de carros.
El éxito de mi padre o mejor dicho uno de sus éxitos fue el derribo de las torteas que quedaron por la parte sin agua del muro y que habían servido para subir el hormigón , estas eran de hierro y estaban reforzadas con todo el cemento que habían ido soltando todas las vagonetas que por ellas subían, los ingenieros temían que al dinamitar las mismas estas cayesen sobre el propio muro de la presa o en las construcciones que existían en la base; mi padre aprovecho su experiencia al cortar árboles y fue indicando como y con que ritmo poner las cargas para que aquellas torres venciesen en la dirección correcta al igual que cuando se corta un árbol se hace la cuña del corte en la dirección correcta, así se hizo e incluso le felicitaron los jefes desde Bilbao, desde aquel día si antes era considerado por todos luego fue aun mas, otro de sus logros fue una escalera que todavía supongo existirá que subía desde la parte baja del muro por toda la pendiente de la montaña, siempre que visitaba la presa ya de mayor al volver de Madrid para ayudar a mis padres en las labores del campo alguien me recordaba que esa escalera la había diseñado mi padre y la había levantado peldaño a peldaño con su cuadrilla.
El tío Santiago vivía en las casas de los guardas, estas estaban en la montaña pero dando las vistas casi a Nava, yo me invitaba de vez en cuando a comer, lo pasaba bien con mis primos Elena, Jesús, Josechu y luego nació Presen, se fueron a vivir a Zalla ya que al tío al final le cambiaron de destino, la ultima vez que estuve en su casa no me dejaron verla ya que estaba en malas condiciones, al jubilarse mi tío se fue a vivir a Balmaseda donde murió al igual que el abuelo Eulogio que bajo a Burceña a vivir con ellos.
Os preguntareis el motivo por el cual nosotros no acabamos viviendo en las casas de los guardas, pues la realidad es que quien tomo aquella decisión fue mi madre ya que decía que siempre que estuviésemos en Burceña podríamos cultivar y siempre que cultivásemos no faltaría comida.
En el lugar donde esta el pantano había una granja ganadera, tenia todas las tierras que ocupa el agua hoy en día, de los buenos edificios, los tremendos establos, los prados y la cantidad de árboles frutales donde uno se perdía entre manzanos, perales, guindos y granados ya nada queda; recuerdo también las fuentes y los jardines que poseía aquella explotación y lo que me sorprendió la primera vez que vi aquellos granados en flor.
Los piensos para el ganado los traían los vascos desde América al puerto de Bilbao y desde allí en trenes o camiones llegaban a Nava por la carretera asfaltada que alcanzaba la propia puerta de la explotación. No se como el ayuntamiento de Bilbao pudo expropiar aquello aunque por aquel entonces hacia prácticamente lo que quería con el valle, aun veo en mi memoria las manadas de vacas blancas y negras que pasaron por delante de nuestra casa en Burceña con una ubres que casi les arrastraban, siempre que veía el cartel en la presa que decía propiedad del Excelentísimo Ayuntamiento de Bilbao recuerdo aquellas vacas y siento pena.
El pantano tiene una carretera de circunvalación defendida por alambre que rodea la línea de agua pero cercanos a la orilla plantaron setos de ciruelos que en verano ofrecían entre sus hojas verdes sus frutos de colores rojo intenso y amarillo, nosotros las recogíamos cuando no estaban cerca los guardas o cuando los mismos eran de nuestra familia.
Después de llevar unos años construido el pantano, las truchas aumentaron mucho en numero y tamaño cuando venia la temporada de desove y llovía crecían mucho los arroyos y por pequeños que fuesen estos siempre se encontraba alguna trucha hasta en muchas ocasiones en las vertientes de las cunetas , así que ante esta situación casi siempre acabábamos con alguna trucha la cena gracias a una remanga que construimos entre mi padre y yo, el pescar con remanga es bastante sencillo siempre que haya bastantes peces el sistema es como el que os cuento la remanga no deja de ser una red terminada en punta y que en el lado opuesto a la misma tiene una abertura mas ancha que se clava en el arroyo gracias a un palo situado en cada uno de sus extremos, el cual una vez clavado refuerzas con una hilera de piedras para abarcar el mayor ancho posible del cauce del arroyo, una vez plantada la remanga y desde la parte mas elevada del arroyo vas bajando hacia ella por el interior del mismo dando palos y chapoteando en el agua las truchas tenderán a huir de estas vibraciones y acabaran entrando en la remanga para difícilmente salir, el problema era que cuando te venían muchas a la vez tiraban tan fuerte que había que sujetar con fuerza el final de este artilugio para que no lo arrastrasen ellas con su fuerza, recuerdo que en una ocasión que nos entraron seis grandes de un solo empujón me tiraron al arroyo del empujón que dieron por lo que tuve que tuve que decir .- ¡Padre, padre! Rápido que me llevan que la remanga esta llena; por medio de este sistema una vez pescamos una que llego a pesar cuatro kilos y medio aunque lo mas normal eran truchas alrededor de un kilo y que solo en raras ocasiones pasaban de los dos, no éramos los únicos dedicados a este pasatiempo también estaban muy aficionados Judiíllas de Hornes y Joaquín de Palacio que al igual que nosotros también utilizaban un esparavel cuando en vez de ir por arroyos pescábamos en las pozas, este instrumento es una malla redonda con mucho vuelo que tiene una cuerda en el centro la cual se ata al brazo del que lo utiliza, los bordes de la malla van cogidos hacia dentro y en este paracaídas invertido también se sitúan unos plomos bastante pesados que cumplen la función de que se hunda lo mas rápidamente posible una vez lanzado cuando llega al fondo se va tirando lentamente de el hasta la orilla quedando en ocasiones las truchas encerradas en sus redes.
Mas tarde echaron al embalse lubinas y barbos los cuales aumentaron a millares ya que desovaban después que las truchas y se comían parte de los huevos y alevines de estas, un día estábamos sacando patatas mi madre y yo , llego mi padre y me pidió que fuese a por la burra del abuelo ya que tenia escondidos en El Corujo dos sacos de lubinas, yo nada mas oírlo al rato estaba allí montando al trote; parece ser que mucha relación había entre el guarda forestal y mi padre, al menos los dos eran guardas y cuando algo abundaba en cada una de sus competencias siempre sobraba para el otro en este caso lubinas y en otros algún corzo, así que como veis en época de desoves siempre familia y amigos tenían pescado fresco, mi madre recogió tal asco al pescado de tanto que limpiaba que llego a aborrecer hasta la merluza y solo comía arenques de tarde en tarde.

Capitulo VII Asi naci yo, la casa de mis padres y mi familia

Aquí nací yo Román Ortiz de Vallejuelo García Ortiz de Vallejuelo Ruiz el ocho de Noviembre de mil novecientos veintiséis.
Mi padres Dorotea y Marcelino, abuelos por parte de madre Benita y Ángel y por parte de padre Eulogio y Juliana, mi nacimiento en una cama de madera torneada , al igual que mi hermano Ángel el mayor Angelita después que yo, Carmen la cuarta , Pilar la quinta e Irene la mas pequeña q.e.d.
El parto fue asistido por mi abuela Benita , Maria esposa de Pedro Andino , Rosario no andaría muy lejos y mi tía Beatriz encargada de tener el agua caliente , mi padre y mi abuelo Ángel pendientes de todo por si había que llamar a la Sra. Juana de Sobreviñas , esta señora muy practicada en partos actuaba de comadrona y todos la llamaban si había alguna complicación , ¡Ah¡ y mi hermano de poco mas de dos años , este se entero de todo , siempre que hay algún comentario , con sus setenta y ocho años o mejor dicho casi setenta y nueve en octubre , siempre cuenta lo que vio , madre se dio cuenta de su presencia durante el parto pero tampoco estaba en esos momentos para dar ordenes , el caso es que no hubo complicaciones y aquí estoy, a mis casi setenta y seis años en este capitulo contando algo de mi vida y de algunos de los que participaron en ella y las andanzas de todos nosotros.
Lo primero que diré de mi es que fui un mamón pues según cuentan mame hasta los casi tres años, cuando me acercaba a mi madre le decía mama sienta que quiero teta , hoy a estas concesiones de mi madre les encuentro cierta justificación ya que por aquel entonces se decía que mientras que las mujeres estaban dando el pecho no podían o no solían quedarse embarazadas, mi hermana Angelita nació tres años y medio mas tarde que yo y recuerdo decir a mi abuelo Ángel – Dejad de ordeñar de esa vaca para que salga el toro. Coincidencia entre las mujeres y las vacas es que ambas dan alud o paren después de nueve meses de gestación.
Mi vida de pequeñajo fue normal , mi madre me cargaba sujeto a la espalda con un mantón que lo doblaba en tres picos , camine muy pronto y rodé por las escaleras de la casa muchas veces mucho antes de andar , para evitar esto en la sala había una puerta y para que no la abriera ponían unos sacos llenos de trigo , a mi me daba igual, subía por los sacos y luego me dejaba caer y a rodar por la escalera de madera , por lo que me contaba mi madre de mayor los morados eran continuos conmigo hasta muy adulto.
Como todos los chicos del pueblo fue muy pronto cuando empezamos las tareas, lo mismo en casa que decían voy a ordeñar baja a sujetar la cola de la vaca, las cuales por cierto de vez en cuando soltaban alguna coz, como en el campo cuando comenzábamos con las tareas mas sencillas como el "apañar" las patatas, cuando teníamos la cesta llena, yo que ni tenia fuerza para levantarla un palmo de la tierra abría el saco y luego mi padre las metía en este ultimo.
Mi hermana Irene murió muy de joven por culpa del sarampión que según dicen acabo complicándosele en una meningitis, recuerdo aun con pena que las niñas de los ojos se le iban poniendo blancas y hoy aun no me explico de que fue , como ya he dicho en aquellos tiempos teníamos el medico en Lezana y otros dos también en Villasana y en Villanueva , si ocurría algo raro venían a ver al enfermo se metían con el a solas en la habitación así lo hicieron con mi hermana estando presentes mis padres luego a la farmacia de Villasana donde siempre faltaban cosas y había que esperar a que las trajesen de Bilbao , al final ya cuando lo suyo debía ser irreversible recuerdo que mi hermana tenia un trozo de pan en la mano y se lo dio a mi abuelo Ángel , este lo recogió y dijo:
Lo último que me da mi nieta, inmediatamente se marcho de la habitación para que no le viese nadie llorar.
Mi abuelo Eulogio y mi abuela Juliana eran primos y los únicos que quedaban ya en su generación , se casaron entre ellos y se reencontró el apellido Ortiz de Vallejuelo así que mi padre lo llevo de primero y de segundo yo de primero y tercero y mi hijo de primero y quinto, siempre hemos pensado que todo aquel que posee este apellido es familia , mi hijo Luis lo ha estudiado y dice que en los escritos que hasta ahora a encontrado se remonta como mínimo al siglo XVI , el se va metiendo en los ratos que puede en Internet y en alguna que otra biblioteca o archivo eclesiástico va pidiendo favores para recopilar esa información , todo es muy difícil la memoria es flaca y la voluntad pobre yo intente ayudarle y me canse o mejor dicho me raje , espero que con este escrito no me pase algo parecido.
El abuelo Eulogio era Ortiz de Vallejuelo Bringas y el de la abuela Juliana Ortiz de Vallejuelo y ya no recuerdo el segundo.
La casa en que nací daba por delante a la antigua calzada de la que os he hablado en capítulos anteriores , por la parte derecha lindaba con la casa de Maria y Pedro Andino la cual utiliza la misma medianería , fue construida después de la nuestra pero para defender uno de los lados de nuestra casa contra el frió les dejaron apoyar sus vigas en la pared de nuestra casa , a la izquierda esta la de los abuelos Benita y Ángel aunque de esta ultima casa nos separaba un estrecho carrejo que llevaba a la cabaña donde se guardaban los aperos de labranza , recuerdo que la casa tenia junta a esta cabaña un viejo horno casi derruido por no usarse ya que el pan lo hacíamos en el horno de casa de los abuelos que era muy grande , allí cocíamos también los tortos que eran pequeñas hogazas de pan donde introducíamos antes de su cocción uno o dos chorizos de la olla donde conservábamos todo el año los mismos en manteca de cerdo y aceite después de haberlos frito levemente en la sartén.
Luego estaba la huerta con perales , cerezos , guindos y manzanos y después la caída del rió donde nacían los olmos y a la sombra de los cuales mi madre y mis hermanas con la ayuda de la tabla lavaban la ropa entre las piedras ; a la entrada de la casa el patio y luego a la entrada la escalera para subir a la izquierda estaba la pequeña cuadra del caballo de mi padre , el Lucero que nos mordía de vez en cuando, al venderlo esta pequeña cuadra acabo utilizándose para los cerdos , a continuación los pesebres de las vacas en un lado y de los novillos en el lado opuesto , debajo de la escalera el albergue de las gallinas y la pila del abono , en las cuadras para que las vacas se tumbaran en seco poníamos hojas secas de los montes la cual al mezclarse con las heces de las mismas se humedecía y convertía en abono que utilizábamos para los huertos y los prados , arriba de frente a la escalera estaba la cocina que era de leña y cuyo suelo era de piedra , recuerdo que cuando el viento soplaba fuerte azotando la falda del Ordunte el humo de la chimenea se metía dentro de la casa , entre el hogar del fuego y el tiro de la chimenea recuerdo también que había atravesado un cañón viejo de escopeta de el que colgaba el billar y luego de este ultimo se colgaban los grandes calderos para cocinar las patatas o la remolacha mezclada con salvado luego se utilizaban para dar de comer a los cerdos especialmente al que se escogía cada año para la matanza , a la derecha de la cocina estaba la sala que es donde hacíamos la vida de diario y a la que daban las dos habitaciones que cuando vinieron las chicas acabaron convirtiéndose en tres para separar a mi hermano y a mi de ellas luego un poco mas adelante la escalera al payo donde se guardaba la paja y la hierba que alimentaba al ganado en invierno.
Con el tiempo se tiro la cabaña del horno y se construyo otra mucho mas grande con una buena puerta de recia madera que trajo mi padre de las desechadas en la vieja granja que acabaron sepultando las aguas del embalse , el tejado de esta cabaña alcanzaba las ventanas de la cocina de la planta superior , aprovechando este cambio mi padre agrando el espacio para el ganado en la planta baja de la casa , hizo una pesebrera para alimentar al ganado en este caso a las vacas y luego en la cabaña anexa guardábamos a los cerdos , a los terneros y dependiendo de la época del año los atados de remolacha o las mazorcas de maíz que luego dejábamos secar y desgranábamos en la cocina y cuyos granos metíamos en grandes sacos para moler y alimentar al ganado o a nosotros mismos en el caso del desayuno de tortas de maíz con miel que mi madre nos preparaba en invierno y gracias al cual el frió de las mañanas se hacia mucho menos áspero para nosotros ; como mi padre gracias a su trabajo en el embalse no paraba de comprar animales mas adelante construimos una segunda cabaña de techo de latón en la que acabamos criando conejos era tan larga como la casa y de fondo andaría por los cuatro metros , como os cuento en ella criábamos a los conejos y su interior de arriba abajo estaba forrado de cajones donde se criaban estos recuerdo que en ocasiones llegamos a criar a la vez mas de cien de estos animales que había que proteger contra los gatos y comadrejas que acechaban constantemente para atrapar a sus crías , como os podréis imaginar entre conejos , cerdos , gallinas , las cinco o seis vacas , terneros , las yugueras y el caballo el trabajo de recolectar comida era constante para todos los habitantes de la casa , nosotros los mas pequeños nos encargábamos principalmente de los conejos en mi caso casi siempre que salía de casa iba acompañado de una azuela con la que durante mis rutas por la vereda del rió cortaba las tiernas ramas de avellanos y bortos que crecían en sus orillas.
Como todos imaginareis ninguna de las casas del pueblo incluyendo la nuestra tenia cuarto de baño ni agua corriente eso implicaba que antes de sacar el ganado una de las primeras tareas por la mañana consistía en ir al rió y recoger el liquido elemento mediante baldes que acarreábamos hasta la casa , en cuanto a nuestras necesidades las solucionábamos en que lloviese o nevase como pasaba durante los inviernos en la cuadra de los animales o en verano y primavera junto al propio rió en este caso yo tenia la costumbre que mantuve hasta muy mayor y me viene desde antes de los cinco años de pescar a mano alguna trucha que al verme se metía bajo las piedras de la orilla , cuando se la subía a mi madre a la cocina para que me la friese en la sartén siempre me decía que la teníamos que dejar para la noche ya que de fresca que estaba se le enroscaba en la sartén y el aceite le saltaba hasta la cara .
Para alimentar al resto de animales teníamos los prados y algunas fincas para patatas, maíz y judías, estas ultimas las sembrábamos entre el maíz y según iban creciendo se enroscaban en sus troncos y cuando las mismas se secaban había que desenroscarlas con cuidado para no desgranar sus frutos, en otras sembrábamos remolacha, nabos, alfalfa y trigo dejando la huerta cercana al rió para las hortalizas.
El resto de las familias del pueblo se dedicaba mas o menos a lo mismo que nosotros , subsistir y tratar de mejorar en la medida de las posibilidades de cada uno , había algunas que vivían un poco peor por lo ajustado de sus fincas y propiedades y otras un poco mejor que nosotros al tener mas ganado o mas fincas para criarlo libremente en sus pastizales lo cual les permitía disponer de leche de sobra y no como nosotros que en ocasiones y cuando las vacas estaban criando a sus terneros teníamos que compartir la leche con ellos , cuando esto o algo parecido sucedía ; apuros con la trilla , problemas con la hierba , volcado de un carro y sin que nadie lo pidiese aun cuando llevasen sin hablarse por alguna linde hace años siempre al que mejor le iban las cosas en ese momento decía manda a los niños a casa a por leche o a por lo que fueses que me sobra y no se que hacer con ella , yo pienso que cuando los elementos y las condiciones aprietan fuerte a los humanos es cuando sale lo mejor de nosotros .
Hablando de leche y comida recuerdo también la costumbre que tenia antes de ir a comer a casa de pasar por la de mi abuela o la de la tía Beatriz , entraba en la cocina levantaba la tapa del puchero o de la cazuela que estaba en la lumbre y si me gustaba me quedaba a comer , a la vuelta a casa bronca de mi madre o dos zapatillazos , pero al día siguiente lo mismo os voy a contar otro de los motivos mas habituales por los que me ganaba los zapatillazos de mi madre , como ya os he contado desde pequeño me aficione a cazar y pescar y aunque esto ultimo me gustaba mucho hacerlo con la mano también se me daba bien con la caña , en mi caso una vara fina y flexible de avellano con un trozo de fina pita que le habría cogido a mi padre y un anzuelo que en caso en que no hubiese me lo hacia con un alfiler con este aparejo y una lombriz del huerto me iba muy ufano al rió y a la vuelta siempre volvía con algunas truchas , con la emoción dejaba la caña con la lombriz detrás de la puerta de la entrada y claro al cabo de un rato siempre la caña sola acababa pescando una gallina de las ponedoras , ya os imagináis el resultado zapatilla del treinta y siete en mi culo y mi madre a solucionar el problema , sedar a la gallina metiendo su cabeza debajo del ala y dando vueltas para que durmiese , coger unas tijeras una aguja y un poco de hilo , arrancar las plumas cercanas al buche o molleja , cortar la piel , cortar el buche sacar el anzuelo y su lombriz , coser el buche , coser la piel , dieta y a seguir poniendo huevos.
Mi gran pasión fue tratar con el ganado a los cuatro o cinco años cuando ya se repartía el trabajo de la siembra , yo casi siempre delante de las yugueras otro atrás manejando el arado y atrás el resto plantando patatas , maíz , judías y luego otra vuelta con el arado para cubrir bien lo sembrado , como niño que era y como todos los niños yo siempre quería hacer el trabajo de los mayores y mi padre me respondía "tiempo tendremos" pero claro siempre que tenia ocasión a por lo mas difícil o lo mas complicado , supongo que eso me hacia sentirme mas importante , en los partos de los animales allí estaba yo pendiente de lo que sucediese y si adultos no había me encargaba de todo , también cuando había que preñar a las vacas me encargaba de ello , ahora es mucho mas fácil pero en aquellos tiempos el método era mas tradicional, cuando salía una vaca al toro ; así llamábamos al celo ; se ponían como locas , se montaban unas encima de otras y se pegaban , como en el pueblo no había toros de raza había que llevarlas a los toros en Vivanco o a la Vega ambos a unos cinco kilómetros de distancia , entonces con mi madre o con mi padre ellos al ramal y yo detrás del animal si íbamos a La Vega que esta pasado el pantano donde trabajaba mi padre hacíamos el trayecto por la mañana por lo que la vuelta la hacia yo solo y esto con cinco o seis años , aquí en La Vega aprendí que si la vaca tenia infección no se quedaba preñada , por eso si se detectaba mal olor en la micción o la vaca vertía suero con pus , había que lavar la matriz hasta dos y tres veces mediante un artefacto compuesto por una vejiga grande y una vara de saúco vaciada en su interior , como de dineros no andábamos sobrados y por limpiar la vaca el dueño del toro cobraba un suplemento a la tercera vez de ver como lo hacían ya dejo de ser necesario en gastar en ello; para sujetar la vaca al toro la atábamos a un gran tocón de árbol del cual a modo de cuña partían dos vallas para evitar que la vaca se moviese , en una ocasión cuando mi padre se encontraba delante de ella esta dio un salto y se coloco sobre sus hombros mi padre aguanto el peso y la bajo lentamente para que no se rompiese ninguna pata , esta es otra prueba de la fuerza que tenia mi padre.
Como ya os decía antes el ganado me llamo la atención desde pequeño por lo que antes de entrar en la escuela llevaba las vacas al monte, a la venera, al Prado Pacho, Callejonda, Sobrepeña, los Cortinales, Valdejoño, o si tenia mas tiempo a los Mártires o a Ornedo, luego si hacia sol el ganado volvía solo al mediodía pues la mosca, así llamábamos a los tábanos, les picaba y la cuadra les parecía el mejor sitio del mundo, cuando estaban mas alejados del pueblo y la mosca también apretaba se metían dentro del monte cerrado y aguantaban su regreso hasta la tarde por lo que al salir de la escuela tocaba ir a buscarlas y localizarlas donde estuviesen lo cual no era muy difícil gracias a los cencerros que llevaban, ya de regreso a casa en ocasiones me tocaba ordeñarlas entonces siempre tenia de invitados a los gatos de casa, mi favorito era la gata Mirumi que me seguía a todas partes y por la noche dormía a mis pies en mi cama así que por la mañana me levantaba siempre con los pies calientes y en algunas ocasiones con alguna pulga.
El ganado además de leche, mantequilla, nata, carne, calor animal en la casa y fuerza para mover carros y aperos, nos daba abono para nuestras cosechas del cual nos encargábamos los mas jóvenes de la casa al ser la limpieza de las cuadras era una de nuestras responsabilidades, os contare como se hacia, primero repartíamos hojas secas que traíamos del castañal y de los montes cercanos para que el ganado durmiese lo mas cómodamente posible, a la mañana siguiente recogíamos esas hojas y los desperdicios que los animales habían producido por la noche, amontonándolo todo bajo las escaleras , cuanta mas hierva poníamos mas abono nos proporcionaba luego la cargábamos en carros para extenderla en otoño en los prados por medio de las rastrillas ; en el caso de las fincas donde cosechábamos había que repartir este abono brabaneando el terreno para que la fuerza del abono se repartiese mas lentamente durante el crecimiento del cereal, en el caso en que sembrásemos patatas solíamos dejar la basura justo encima de la tierra que cubría la patata sembrada para que las nuevas saliesen lo mas grandes posibles.
Siguiendo con mi pasión por el ganado un año aprovechando que nos nacieron dos novillos convencí a mi padre para que nos los quedásemos para criarlos para bueyes y así dejásemos de usar la pareja de vacas yugueras, los novillos no eran del mismo color que era lo que a los chavales nos gustaba mas , recuerdo que uno era blanco y el otro cárdeno , al blanco lo capamos dejándolo para buey y al otro dejamos entero aunque era mas peligroso estuvimos amansándolo durante un par de años y jamás nos dio un problema por extraño que pareciese incluso a este que fue al que dejamos entero era el que mas tiraba de la yunta y entre su fuerza para el yugo y lo que ganábamos cuando cubría a alguna de las vacas del pueblo, recuerdo que cubrió a casi todas así que fue al que mas dinero acabamos sacando de los dos, eso sin contar las apuestas que de pequeño gane con el compitiendo a ver quien tenia la pareja que tiraba mas, con el resto de las yuntas del pueblo que cuidábamos los chicos cuando estábamos en la campa.

Capitulo VIII Tiempos de Guerra

Un día nos encontrábamos mi padre y yo en Peredillo que era una finca que daba a la carretera de Sobrevivas, cavando para poner la hortaliza en el centro del maizal con el fin de que no se viera y paso por allí un pariente lejano que tenia la tienda en Irús que de vez en cuanto surtía mediante un burro y su carro los comestibles a los que los habitantes de los pueblos del valle no tenían acceso mediante su ganadería y cultivos, así que cada cierto tiempo traía aceite, arroz, azúcar, sal y especias y nos mantenía en contacto de amigos y parientes lejanos, el caso es que según vio a mi padre le dijo estas palabras; Marcelino, han matado a Calvo Sotelo, la guerra la tenemos encima , tienes cinco hijos , si tienes algún dinero llevo latas grandes de bonito y otras cosas que luego van a escasear, mi padre me dejo cavando subió al carro y los dos fueron para nuestra casa , no se exactamente lo que compraron mis padres pero os aseguro que durante la guerra comí muchas veces bonito en escabeche.
La situación en guerra comenzó bastante definida los llamados nacionales se situaron en La Peña de Losa y el bando republicano representado por los milicianos se quedaron en el valle , nadie se fiaba de nadie y España en general y el Valle en particular comenzamos a padecer, lo primero que hicieron los milicianos fue requisar todas las escopetas, lo segundo arrestos entre las personas mas afines a la iglesia o a la formación, como recordareis nosotros íbamos a la escuela del Patronato "subvencionada" por la fundación y el maestro de esta, mi tío Antonio de Frutos fue de los primeros en conocer los calabozos de los bajos del ayuntamiento de Villasana pues fue allí donde le mantuvieron arrestado durante un tiempo, así que mi abuelo Ángel García y yo fuimos en alguna ocasión a verle y a llevarle algunas vituallas para hacerle mas llevadero su encierro, recuerdo perfectamente la sensación de temor e inquietud al acercarme junto a mi abuelo por el puente de Villasana donde siempre hacían guardia dos de los cinco o seis guardias civiles del cuartel que allí había y ver los ventanucos enrejados de los calabozos que daban a la margen derecha del Cadagua, también recuerdo el calabozo donde estaba mi tío donde por mas mobiliario solo había una vieja silla y un colchón de paja y capullas de maíz y fue en la primera de aquellas visitas donde gracias a una anécdota constate lo injusta que es la vida en tiempos de guerra así como el valor que mi abuelo daba a la palabra dada, os contare, ya habíamos entrado en los calabozos cuando el alguacil que nos había abierto quiso cerrar la puerta de la celda donde estaba mi tío con nosotros dentro, esta acción, de lo mas normal en la actualidad por cierto, provoco que mi abuelo Ángel juntase cielos y tierra cagándose en todo la republica, el gobierno, los nacionales, los rojos , los curas… le dijese al alguacil que nadie encerraba a un García y menos junto a su nieto que si el estaba ahí era para visitar a su yerno y que si cuando había entrado su yerno estaba en la celda cuando el saliese de allí su yerno seguiría estando que aunque no hubiese motivos para encerrarle nadie iba a faltar a la palabra dada hasta que todo se aclarase, ahora con el paso de los años pienso que a mi tío le encerraron por alguna acusación que realizo el maestro de la escuela nacional que en tiempos de guerra fue comisario político de los de uniforme y pistola al cinto.
Cuando a mi tío Antonio le soltaron le mandaron obligado a impartir clase a una escuela de Bilbao y en la escuela del Patronato pusieron a otro maestro que se llamaba José Manuel, el ser maestro en la escuela del Patronato daba derecho a vivienda pero en ella hasta la fecha había vivido al estar casada con mi tío Antonio mi tía Beatriz y los dos hijos de su matrimonio Benita y Julián, como la casa era bastante grande se llego al acuerdo de que mi tía y sus hijos se quedarían en ella y el maestro dispondría de habitación, limpieza y comida como si de una pensión se tratase , no obstante como Julián y Benita eran aun muy pequeños y para que no hubiese habladurías, en los pueblos son así, yo también dormiría todas las noches en aquella casa, recuerdo que no me apetecía mucho y en alguna ocasión a las tres o cuatro de la madrugada saliendo por la ventana que daba al tejado del soportal de la escuela y descolgándome por este a la pared de la tapia del prado de alfalfa de Félix Campo me escapaba para casa, claro que cuando llegaba allí estaba mi madre que no se como me oiría venir preparada con la zapatilla del numero treinta y siete en la mano dispuesta a dejármelo grabado en el culo, y ala otra vez para casa de mi tía Beatriz sin que nadie salvo mi madre se diese cuenta de mi fuga.
A mi padre en guerra se lo llevaron a los batallones de trabajadores para hacer trincheras delante de la línea de fuego de los nacionales, con estos batallones fortificaron el pie de la Peña de Losa y todos los altos que había en el Valle de Mena ya que éramos uno de los pasos naturales hacia Bilbao y lo que por aquel entonces llamaban el cinturón de hierro, para comunicar lo mas rápidamente su zona del valle también hicieron una carretera que desde el puente vao subía por Las Lastras, Las Rebollas de Ganavidas en el cruce de Moreno, después por La Pedriza en El Cruce de la Vara seguía por el Hayal de Hornes para desde allí cruzar todo el Ordunte y bajar por Carranza a Santander.
Durante la guerra nos toco gran parte del tiempo en zona roja y una de las cosas que mejor recuerdo siendo pequeño era que se tenia que entregar parte o todo no recuerdo exactamente del trigo que recogíamos luego con la cartilla de racionamiento íbamos a Villasana a recoger lo del racionamiento lo cual solo nos daba para un par de días de pan, mi madre casi siempre me mandaba a mi con el talego vacío y el panadero de Villasana siempre nos daba un poco mas la ida era fácil pero la vuelta era ya mas complicada ya que los cuatro o cinco kilómetros a que hay del pueblo a la capital del valle mas la tentación de darle un bocado a una de las hogazas de pan caliente se hacia bastante dura, con lo del trigo y la harina todos hacíamos trampas, la comprábamos de estraperlo o escondíamos parte del trigo de la temporada y lo molíamos por la noche lo cual implicaba que había que sortear por los senderos las patrullas , normalmente íbamos mi abuelo Ángel y yo y su pareja de vacas yugueras la fina y la gallarda las cuales seguían a mi abuelo como los pollos a la gallina, así que con un candil de petróleo cuando no había luna las dos vacas el carro y yo dormido a ratos sobre los sacos, a ratos por que mi abuelo de vez en cuando me preguntaba si estaba dormido nos plantábamos en Villasana o en Vallejo para esconder el carro y las vacas y moler por la noche para volver antes de que cantase el gallo, a mi abuelo le recuerdo con pasión era un hombre muy recto al que todo el mundo respetaba su palabra era ley tanto en la familia como entre sus amigos y conocidos, siempre me decía que hacia mas de lo que podía hacer a mi edad pero ya sabéis en tiempos de guerra todos teníamos que apretar el hombro, con los consejos que me dio creo que comencé a formar mi carácter sin duda el que mejor recuerdo y el que he tratado de inculcar a mi hijo es este "haz que tu palabra valga tanto o mas que lo escrito".
El estar en "zona roja" como se decía entonces, no nos trajo mas que problemas como ya os he dicho primero a mi tío al cual creo que al ser el maestro de la escuela del patronato le encerraron en la cárcel durante un tiempo, luego empezamos a sospechar que quien le denuncio fue el maestro de la escuela nacional el cual en guerra fue comisario político de los de pistola al cinto, luego a nosotros ya que a mi padre se lo llevaron a hacer trincheras y a nosotros no nos quedo mas remedio que ver publicados nuestros nombres en la puerta de la iglesia de Burceña en las listas de fusilamientos allí estábamos todos , mis tíos , mis abuelos, nosotros y nuestros primos y eso que no nos metíamos en política solo que de vez en cuando íbamos a misa y nuestros padres nos enseñaban a rezar en casa, total que sin meternos con nadie se nos acusaba de fascistas ya que se decía por el valle que el que no fuese comunista había que matarlo, los que aparecían en las listas y tenían miedo se pasaban por la noche a la zona nacional como mi primo Tuto o Gregorio Ortiz hermano de "Angelón" que cuando se fueron a cambiar de bando los siguieron los milicianos y en los montes de Siones cerca de la iglesia tuvieron que subirse a un Haya y con ellos subidos arriba según nos contó mi primo los milicianos pararon a fumarse un cigarro, imaginaros si estornudan se los habrían cargado como a un par de palomas.
Mi abuelo tenia un criado, Salvador, le llego el momento del servicio militar y tuvo que marcharse no volví a saber nada de el , con la marcha de Salvador y mi padre fuera de casa si antes había poca ayuda para el trabajo en el campo ahora había mucha menos ya que mi hermano Ángel tuvo que irse con mi abuelo, imaginaros el panorama mi madre yo y mi hermana Angelita con tres años menos, mi hermana Carmen con cinco , Pilar con siete menos e Irene recién nacida, así que entre mi madre y yo para el campo y el ganado y Angelita de responsable con sus hermanas.
Los robos o el requisamiento durante la guerra estaban a la orden del día, la escopeta de mi padre que decían que era la que mas largo tiraba del Valle por los cañones que tenia y que estaba recién comprada se la llevo Emiliano el de Sobrevivas, a mi abuelo por la noche le entraban de vez en cuando a robar los huevos y los pollos de las gallinas o las gallinas mismas, un día los pillo y se escondieron entre las sombras del pajar según nos conté les dijo, no os escondáis y dad la cara que solo sois unos cobardes pero salieron corriendo, recuerdo que una noche vinieron a buscar a mi padre, seguramente se habría escapado del batallón y vendría a vernos pero al darse cuenta que le seguían se volvió, el caso es que entraron en casa lo revolvieron todo, tomaron la trincha larga de cargas los carros de hierba y se dedicaron a clavarla en la paja del payo, otro día tocaron a concejo desde la iglesia del pueblo juntaron a todos los hombres jóvenes y viejos y desmantelaron toda la iglesia, los altares, las figuras de los santos, los libros, cuadros, ropas de la sacristía y lo quemaron todo; que mentalidad algunos eran del pueblo que poco de cultura les quedo de cualquiera de las dos escuelas que había; al cabo de algún tiempo volvieron a venir pero esta vez para llevarse a Bilbao las dos campanas que tenia la iglesia, cuanto mejor iba el transcurso de la guerra para los nacionales peor se nos ponía a los que estábamos en la zona contraria, casi antes de tener que abandonar el valle requisaron todos los carros y bueyes de la zona , todos menos algunos y entre estos estaban los nuestros ya que en cuanto nos enteramos que empezaban a requisarlos yo me encargue de esconder el carro entre los maizales para que no lo viesen y las vacas y los bueyes acabaron durante esos días en lo mas cerrado del monte de La Peña de Orejón, por la mañana muy temprano había que llevarlas a beber a la fuente de Hornes y volver corriendo para que nadie se diese cuenta de donde las teníamos ni que yo había estado fuera del pueblo, siempre que venían preguntando por el carro y el ganado les decía que estarían en Santander ya que se los habían llevado mucho tiempo antes.
Las malditas guerras siempre enfrentan a hombres contra hombres pero las guerras civiles causadas por la política son mucho peores ya que las luchas se llevan entre hermanos contra hermanos, primos contra primos o vecinos contra vecinos y estas luchas a lo que llevan en el peor de los casos solo es a la muerte, los primeros en morir en el valle fueron los curas que decían misa en los pueblos de Ribota, Hornes, Burceña y Campillo yo recuerdo a tres ,el primero se llamaba Castresana era delgado y muy mayor y solía venir desde Villasana, el segundo Don Elías era grueso y fuerte y después de la misa siempre que podía se pasaba por nuestra casa a ver a mi abuela y a mi madre se tomaba una copa de Albillo y alguna galleta después vino Don José Manuel recién salido del seminario que era sobrino de Don Elías la primera vez que tuvo que decir misa no sabia muy bien como llegar a los pueblos y su tío le dijo .- monta en el caballo que el te llevara solo y el día que te toque dar la misa en Hornes el te llevara primero allí, como os decía a todos los mataron como también lo hicieron con las monjas que regentaban el asilo de Villasana, luego cuanto mas a peor fue la guerra mas asesinatos se cometieron en el valle mataron a familias enteras a veces por odio, rencor a envidias mas que por decisiones militares, este fue el caso de la familia de Julián el de Paradores, les mataron a el y a esposa a la cual dicen que antes la violaron dicen que fue un pariente lejano de ellos el que los asesino un tal Lorencin que también vivía en Burceña, con Julián de Paradores mi padre tenia mucha amistad creo que éramos parientes lejanos y siempre que mi padre tenia alguna duda o necesitaba consejo acudía a ellos con un par de conejos, en Burceña tuvimos mucha suerte y del pueblo no mataron a nadie, esto se lo debemos a Ángel Ortiz al que llamábamos Angelón por lo grande y fuerte que era como ya os he dicho su hermano se paso a los nacionales y el se quedo en nuestra zona, como os decía la deuda que tenemos todos los de Burceña con Angelón es enorme ya que este se entero en Villasana del día que iban a darle el "paseo" a los de nuestro pueblo así que les espero en el Alto de Palizares con la metralleta al hombro metida en culata de madera y cuando ya estaban casi arriba les paro para preguntarles hacia donde se dirigían , cuando le contestaron su respuesta fue .- tenéis dos oportunidades , daros la vuelta o encontraros un poco mas arriba conmigo no os acerquéis a Burceña que allí no hay nadie que os deba de preocupar, tendrán sus ideas pero son buena gente y de ellos ya me encargo yo. No se cargo tendría en guerra pero lo cierto es que se dieron la vuelta y no volvieron jamás, mi recuerdo para el y para su hermano, cuando entraron los nacionales en el valle el huyo para Santander y creo que murió en batalla.
Aun así, aunque no hubo paseíllo en Burceña cuando subíamos de pequeños a los montes para buscar hojas y hierba para las camas del ganado nos encontrábamos con las tumbas de los que daban el paseo, pocas veces lo comente pero en el monte de riera, aquel al que cortamos los robles y luego plantamos chopos y pinos los cuales cortamos después, encontré alguna aunque nunca se me ocurrió ver que había dentro.

Capitulo IX El Principio del fin y la voladura del Pantano

Antes que los nacionales tomasen el valle en su totalidad los últimos republicanos que quedaban volaron parte del muro del Pantano del Ordunte, provocando muchas grietas que prácticamente acabaron por vaciar el mismo, al volarlo solo a medias se salvaron los pueblos de La Vega, El Berrón y Balmaseda, conozco muy bien como se voló este pantano ya que la casualidad después de muchos años nos hizo coincidir en unos días de vacaciones en Santa Pola a mi mujer y a mi con unas personas de Bilbao con los que entablamos cierta confianza por lo que al salir en una de nuestras conversaciones el tema de la guerra en la zona acabo contándonos que el había sido capitán de ingenieros en el bando republicano y que al final de la guerra se encargo de volar el embalse, aunque para evitar una masacre acabo poniendo la mitad de la dinamita necesaria y sin taponar la misma para evitar la explosión hacia el interior de la presa dejo secuencial mente explotar las cargas en los muros de la presa.
Como os decía cuando la republica abandono el valle entraron los nacionales y a los que habían estado en los batallones de trabajo con los republicanos los acabaron arrestándoles acusados de colaborar con el enemigo, en resumen que mi padre acabo preso por unos cuantos meses mas ; cuando en guerra las cosas pasan de un bando a otro te das cuenta de lo falsa que son las personas, al llegar a Burceña los nacionales todos los que habían estado con los republicanos les alababan y daban palmadas en la espalda, nada mas llegar al pueblo los nacionales preguntaron por mi abuelo Ángel me parece que para nombrarle responsable civil del pueblo, le dieron algunos alimentos y le hicieron elegir si avalaba con su palabra a alguno de los de izquierdas del pueblo o si los denunciaba para luego juzgarlos para fusilarlos , desde luego nadie fue fusilado en Burceña.
Al ser por fin liberado mi padre las cosas fueron volviendo a la normalidad gracias al esfuerzo de todos y juntos de nuevo en familia pudimos ir volviendo cada uno a nuestros quehaceres, los niños volvimos a estudiar en la escuela del patronato, mi tío continuo dándonos clases a todos hasta que a los catorce años se sentó un día en casa conmigo , mi hermano Ángel y con mis padres y nos comento que ya en el pueblo no podía enseñarnos mucho mas, por lo que en casa empezaron a evaluarse si podrían mandarnos a ambos a Madrid a casa de mi tío Francisco García Ruiz hermano de mi madre , como podréis imaginar aquello representaba un cambio muy importante para la vida de un niño nacido en una España rural pero las cosas se fueron poniendo cada día mas difíciles en el campo y al final tanto la necesidad como las posibles mejoras en la vida de sus hijos varones que atisbaron mis padres les hicieron decidirse por esta opción, yo no me arrepiento de esa que fue su decisión ya que gracias a ella conocí a mi esposa con la que tuvimos un hijo, pero en muchas ocasiones me gusta pensar que habría sido de mi vida si hubiese seguido junto a mis padres al cuidado del ganado y los montes .

Epilogo

Aquí terminan los cuadernos que mi padre escribió contando su niñez y algunas historias y recuerdos de su vida en Burceña; como habéis leído al final de su ultimo capitulo a los quince años tanto mi padre Román como mi tío Ángel abandonaron Burceña para vivir en Madrid y trabajar en la tienda "Almacenes La Voz" que mi tío Paco y sus hermanos Román y Rogelio , todos hermanos de mi abuela Dorotea tenían en la Calle Fuencarral, allí primero vivieron en casa de mi tío Paco , al que yo de mi infancia le recordare siempre como un hombre muy serio y que me infundía mucho respeto; y mi tía Mari , en esa tienda pasaron toda su vida trabajando para formar a sus respetivas familias, ampliaron sus estudios en El Centro de Instrucción Comercial para luego un poco mas mayores irse a vivir los dos hermanos a una casa detrás del Parque del Oeste, mi tío conoció a mi tía Águeda de la Fuente y tuvo dos hijos Francisco y Adolfo mi padre conoció a mi madre Mercedes González Santolaya se casaron y tuvieron un hijo Luis que a su vez conoció a la que hoy es mi amiga y esposa Elena Beltrán García con la cual tuve dos hijos Jaime y Álvaro y con los cuales formo ahora mi familia mas cercana con la que gracias a su apoyo y ayuda al comprender la emoción que me afectaba en cada una de las líneas que escribía al transcribir lo que mi padre escribió he conseguido terminar este documento que no forma mas que un pequeño retazo de la historia de una familia los "Ortiz de Vallejuelo" que como habréis leído en el relato de mi padre ,formamos todos los que este apellido llevamos y que después de unos años de búsqueda he conseguido remontar hasta finales del siglo XVI.
Así pues yo Luis Ortiz de Vallejuelo hijo de Román, nieto de Marcelino, biznieto de Eulogio y nieto lejano del resto de mis abuelos directos anteriores conocidos, Santiago, Domingo, Domingo, Andres, Francisco, Juan y Juan. Para los que leáis estas líneas os dejo un reto u os pido un favor si tenéis algún dato, reseña o historia parecida a la misma que habéis leído que hable de recuerdos de nuestra familia no dudéis en enviármela y me ocupare de ir completando este puzzle fascinante con los recuerdos de nuestros antepasados.
Un abrazo muy fuerte a todos,
Luis

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